UN NEUROCIENTÍFICO FRANCÉS CONSIDERA QUE LA GENERACIÓN ACTUAL DE NATIVOS DIGITALES ESTÁ SUFRIENDO UN DAÑO COGNITIVO SIN PRECEDENTES EN SUS HABILIDADES E INTELIGENCIA A CAUSA DE LAS PANTALLAS Y UTILIZA EL COEFICIENTE INTELECTUAL PARA DEMOSTRARLO.

Estamos asistiendo al nacimiento de una fábrica de cretinos digitales, una generación que por primera vez en la historia, posee menos coeficiente intelectual que sus padres.

Tal es la hipótesis del neurocientífico francés Michel Desmurget, autor del best seller ‘La fábrica de cretinos digitales’, una explicación detallada que culpa al uso excesivo de las pantallas en los más jóvenes de la caída en sus habilidades relacionadas con el lenguaje, la concentraciónmemoria y por supuesto, el contacto humano. 

El polémico libro se apoya en la creciente evidencia científica que relaciona el tiempo de exposición frente a pantallas con la disminución de habilidades cognitivas. Algunos estudios proponen que el conjunto de cacidades que conforman lo que llamamos inteligencia declinan en los menores que pasan más tiempo al frente de dispositivos como la televisión, videojuegos o smartphones.

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EL EFECTO FLYNN Y LA DISMINUCIÓN DE LA INTELIGENCIA

El Efecto Flynn se basa en la observación confirmada a lo largo del siglo XX de que generación tras generación, los jóvenes son más inteligentes que sus padres. Este efecto fue propuesto en 1994 y se basa en miles de pruebas de coeficiente intelectual (CI) y el aumento observado en los resultados década tras década.

De acuerdo con sus creadores, cada generación mejora el resultado de pruebas de CI en 3 puntos promedio cada década. Sin embargo, por primera vez en la historia, el Efecto Flynn dejó de funcionar la última década y los investigadores descubrieron que a diferencia de sus padres, los nativos digitales obtuvieron puntuaciones inferiores en las pruebas de coeficiente intelectual más recientes.

En entrevista para BBC Mundo, Desmurget critica la postura ampliamente difundida de que los niños en la actualidad aprenden de “una forma distinta” a las generaciones pasadas. 


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Para el neurocientífico, en realidad se trata de una expresión basada en la falacia de que la generación de nativos digitales es muy hábil para utilizar la tecnología; sin embargo, los estudios al respecto explican que si bien los niños realizan fácilmente actividades sencillas como comprar online o instalar una app, su baja competencia digital dificulta “la adopción de tecnologías educativas en las escuelas”.

EL PROBLEMA DE MEDIR EL COEFICIENTE INTELECTUAL

Las principales críticas a la teoría de Desmurget parten de la dificultad que entraña crear un índice para medir una característica tan compleja como la inteligencia:

Los tests de CI han sido cuestionados desde hace décadas, debido a que algunos científicos consideran que la inteligencia no es una cualidad única que se pueda calcular a través de un examen con acertijos o razonamiento matemático, sino que depende de una serie de habilidades que se llevan a cabo en la realidad y facilitan la vida de cualquier persona, como el pensamiento crítico.

No obstante, las restricciones familiares sobre el uso de pantallas en menores son cada vez más populares en las sociedades más desarrolladas. Tal es el caso de Silicon Valley, donde algunos de los creadores de software y tecnología más vanguardistas del mundo imponen rigurosas medidas para el uso de tablets o smartphone por los más pequeños de la casa.